miércoles, 27 de mayo de 2015

Una promesa de amor bajo la lluvia


- La Boda de Yanet & Per -

La Boda de Yanet y Per fue una experiencia extraordinaria en muchos aspectos.  Hacía algunos meses había tenido referencias de la mamá de Yanet, Estela, que estuvo en contacto por temas de la decoración, nos conocimos personalmente, pero al final Yanet había decidido realizar la decoración de su boda por su cuenta y el servicio con ella nunca llegó a realizarse. 

El 24 de abril 2015 estaba  en una de las oficinas de la Empresa de Telecomunicaciones, ETECSA, intentando conectarme a revisar el sitio de Coordinate, el nuevo proyecto que había subido a la web hacia solo 1 semana y me encuentro a Estela, acompañada de su hija a quien luego conocí, Yanet, que se casaba en una semana. Al saludar a Yanet, tuvimos una conexión de entendimiento tal que roza en lo místico y así lo interpretamos.
Ella me dijo: no tengo a nadie que me ayude con mi boda y sigo cansándome el 30 de abril (faltaban solo  6 días), esto es una señal. En los minutos de espera ella me relató sus planes de realizar su boda completa con la ayuda de sus familiares y apoyada en algunas cosas que había comprado en Dinamarca donde reside con Per, su esposo.Nos fuimos juntas a ver todo lo que tenía comprado y analizar la presentación de Power Point que había preparado con sus planes para la boda. Visité la locación de la ceremonia que es una hermosa residencia con facilidades de alquiler llamada Villa Farah, ubicada cerca de La Puntilla. Precisamente ella estaba alojada allí con muchos de los invitados que la acompañaron desde Dinamarca. El lugar por si solo es ya hermoso, pues tienen un patio con vista al mar y un área de césped muy bien cuidada.

En ese primer contacto le di varias recomendaciones respecto a la ubicación de la ceremonia, sus planes para ese día, elementos a confeccionar, etc. También le dije que aunque la decoración de la ceremonia en la casa pudieran realizarla sus familiares, necesariamente para la fiesta que sería en el Pedregal debía contratar a algún equipo de decoración. Ese día le dije: creo que necesitas una coordinadora de bodas, yo puedo hacerlo, haré algunas investigaciones de precios y servicios que necesitas y el lunes nos reunimos nuevamente con todo bien detallado.

El lunes nos encontramos nuevamente en Villa Farah y comenzó el trabajo, Yanet había decidido contratar los servicios de Coordinate y sería nuestra primera clienta de bodas. La tarea durante los 3 días restantes fue ardua.El estilo seleccionado por Yanet para su boda era un Vintage Rústico, que fusionaba elementos como el saco y el encaje. También la presencia del amarillo, a través de los girasoles y la cinta de satín  aportaban un toque de color y sincretismo religioso, el girasol es la flor consagrada a la deidad del panteón afrocubano de la que es hija Yanet.

Toda la familia estaba en función recolectando botellas vacías, lavándolas y preparándolas para decorar. Per (el novio) cortó la tela de yute (tela de arpillera o saco como se le conoce en Cuba) para realizar los caminos de mesa y Estela, la mamá de la novia les pegó el encaje que habían traído desde Dinamarca. La prima de la novia, Maikela se especializó en ornamentación de botellas y toda Villa Farah se convirtió de la noche a la mañana en un gran taller de decoración de boda. Las flores se guardaron en una de las habitaciones para que se mantuvieran frescas y todo el lugar estaba lleno de girasoles radiantes y margaritas blancas. 

Los invitados de la boda que pasaban y veían todo el movimiento de la preparación de la boda preguntaban que podían hacer para ayudar.El día antes de la boda un aguacero con aires de vendaval que provocó hasta una falta de electricidad en la casa hizo que a todos se les viniera el mundo abajo: la ceremonia estaba destinada a realizarse en la terraza, a cielo abierto, si llovía, todo se afectaría.A la luz de una vela (de las que decorarían al día siguiente la boda) y con una botella de girasoles en el centro de la mesa, Yanet con aires de premonición dijo: la lluvia me acompaña en todos mis momentos importantes, cumpleaños y celebraciones, cuando me casé en Dinamarca no llovió pero nevó, creo que la lluvia no va a faltar a mi boda, qué hacemos si mañana llueve? En ese momento tomamos tal vez la decisión más importante de la boda, llueva o no llueva, mañana la ceremonia se hará en el jardín de Villa Farah.

El día de la boda desde temprano estaban en la casa los primos de Yanet  para ayudar a decorar el jardín, Maykela fue la florista principal, bajo mi supervisión se distribuyeron los muebles y se realizó el bouquet de girasoles que Yanet había soñado desde que comenzó a planear su boda, cuando lo vio solo dijo dos palabras: Es Perfecto. Con eso bastó.
Estuve desde la mañana dando indicaciones en Villa Farah, pero a las 2.00 pm debía estar en el Pedregal para dirigir al equipo que se había contratado para realizar la decoración, entregarle las flores, los caminos de mesa, las velas, las botellas y los servilleteros que se habían estado produciendo en Villa Farah durante los días anteriores. Yanet se dedicó a realizar carteles indicativos pintados por ella misma y no paraba de dar vueltas con el pincel preguntando: Qué más escribo? Cuando ya casi debía irme, 1.30 de la tarde, aún no estaban terminado los arreglos florales y aunque habían recibido mis indicaciones los primos tornados en decoradores me miraron con cierto desconsuelo, les dije: ustedes ya tienen la idea, sigan adelante que lo van a hacer perfecto.

Mi tiempo en el Pedregal fue minuciosamente medido, debía llegar a Villa Farah antes de que comenzara la ceremonia para supervisar cualquier detalle inconcluso y así fue. Distribuí el salón del restaurante según lo que había acordado con la novia previamente, dejé todos los aditamentos de la decoración, coordiné la ubicación de las luces y el grupo musical (Elito Revé y su Charangón), di instrucciones de cómo elaborar los arreglos florales y dejé  una mesa de prueba montada para guía de los decoradores, todo en menos de 2 horas para estar a tiempo en la ceremonia, los invitados estaban citados para las 5.00 y el tiempo se estaba nublando nuevamente.

Cuando regresé a Villa Farah todo estaba listo, solo tuve que dar algunas indicaciones finales y entregar el texto de la ceremonia a la notario que oficiaría la boda. Todos ayudaron y aunque el tiempo no había mejorado aún no empezaba a llover, así que había esperanza. Cuando Yanet avisó que estaba lista para bajar, sentamos a todos los invitados en el área de la ceremonia y nada más la novia bajó las escaleras comenzó a lloviznar. Cambiar todo de improviso hubiera imposibilitado la realización de la ceremonia, seguimos adelante y tanto los invitados como Yanet y Per estuvieron bajo una lluvia que aunque no era fuerte, marcaba su presencia continua.

Fue tal vez una de las ceremonias más sinceras y espontáneas que he presenciado. Los paraguas de las cámaras de video y fotografía y el árbol elegido para colgar los girasoles que marcaron el altar de los novios fueron la única protección de la lluvia. Todos los invitados estuvieron atentos hasta que Yanet y Per dieron el Sí Acepto. 

Días antes Per aprovechaba cuando Yanet salía para ensayar su votos en español, con la voz entrecortada de la emoción hizo su promesa de amor a su esposa cubana. Adán, hermano de la novia realizó la traducción simultánea de la ceremonia pasada por agua, pero muy especial para todos los que asistimos.Luego de finalizar la ceremonia los invitados pasaron a un bar ubicado en la planta baja de Villa Farah donde la abuelita de Yanet tocó nuevamente la marcha nupcial en vivo para su nieta y esposo acompañada de una de las invitadas danesas al violín. 

El piano estaba previsto que se tocara afuera, pero al comenzar a llover se pasó para un área interior donde se tocó en vivo y se amplificó por el audio.Yanet y Per saludaron a algunos de los invitados y salieron a una sesión fotográfica también bajo lluvia. Los invitados se quedaron en el bar disfrutando de unos cocteles y tapas mientras llegaba la hora de salir para el Pedregal.
A las 7.00 pm un bus recogió a una parte de los invitados, mientras Yanet y Per fueron seguidos por una caravana de autos clásicos de los 50 con el resto de los convidados.A la llegada al Pedregal los invitados disfrutaron la magia que habíamos construido durante tantos días: decenas de botellas decoradas con tela de yute, encaje y cintas los rodeaban. Los girasoles estaban radiantes en la mesa encima de los caminos que habían realizado el novio y la mamá de de la novia, Estela. 

Las velas estaban en unos cubos de madera realizados por el papá de Yanet y todo el lugar parecía iluminado con un encanto místico.Adán, el hermano de Yanet ofició como Maestro de ceremonia bilingüe (español-danés) con una maestría y sentimiento inigualable, nadie hubiera podido hacerlo mejor que él en la boda de su hermana.

El libro de recuerdo estaba llamado a ser un fragmento de madera para que los invitados firmaran, pero entre tantas tareas de la familia esta quedó inconclusa y ese mismo día en la tarde improvisé un libro de firma singular: una botella de mensajes, que iba muy bien con el concepto general de la boda, además botellas decoradas se sobraban.La cena fluyó y la fiesta llegó, tan divertida que casi parecía increíble.

Yanet tiró su ramo y lo capturó Maykela, su prima que había ayudado en toda la organización de la boda. Per se mostró diestro quitando la liga y llegó el momento esperado por todos: Elito Revé y su charangón.Yanet cambió su vestido de novia por un atuendo práctico para regalar sus mejores pasillos de casino. Como se dice vulgarmente, ahí bailaron hasta los gatos.El tiempo pasa rápido cuando se pasa bien. La boda de Yanet y Per dejó a muchos con deseos de más fiesta, pero a todos nos legó un recuerdo inolvidable de una promesa de amor bajo la lluvia.






















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